Las Islas Canarias cuentan con numerosos arrecifes de corales de aguas frías.
Existen varios tipos de corales de aguas frías, pero todos pertenecen a un grupo de animales llamado Cnidaria. Están estrechamente relacionados con las anémonas de mar y, al igual que estas, viven fijos en su lugar y se alimentan atrapando presas con sus tentáculos urticantes. Los corales están compuestos por pólipos, cada uno con un anillo de tentáculos móviles alrededor de una boca.</p>
<p>Algunas especies de corales viven como individuos, formando un solo pólipo, mientras que otras son coloniales, formando colonias de cientos o miles de pólipos. Los corales coloniales construyen esqueletos grandes y complejos, generalmente de carbonato de calcio (caliza). Algunas especies eventualmente pueden producir elaboradas estructuras ramificadas que, con el tiempo, pueden crecer para convertirse en la base de los arrecifes de corales de aguas frías.</p>
<p>Los corales constructores de arrecifes son muy importantes en el entorno marino, ya que crean y modifican el hábitat circundante, proporcionando muchos más lugares para que otros animales vivan y se oculten. Esto, a su vez, aumenta la abundancia y diversidad de la vida animal en el arrecife, convirtiendo a los arrecifes de corales de aguas frías en puntos de biodiversidad en el océano profundo.